miércoles, 15 de agosto de 2012

Cascada


Con el agua cayendo sobre mis hombros, sintiendo el dolor de cada gota que perfora mi piel. Debajo de la cortina de agua solo hay una cosa en la que puedo pensar: ¿por qué? ¿Por qué el agua no deja de caer? ¿Por qué quiere hacerme daño?
Egocentrismo en el calor de cada herida que se pasa cuando cesa la caída, cuando en un ataque de razocinio, en un intento de no perder el agua, comprendo que he de quitarme del curso natural. Comprendo que el agua no intenta dañarme.
Comprendo que yo también he sido agua y también herí a todo el que quiso contemplar la naturaleza desde debajo de la cascada.