lunes, 29 de junio de 2009

¿Cómo me enamoré de ti?


Recuerda cuando no te necesitaba. El mejor de los amigos, como hermano y hermana. Entendí que nunca más quería estar sola. Esos días han pasado y te necesito mucho. El día es largo y necesito tu sonrisa. No saber qué decir: nunca pensé que me iba a sentir así. No quiro estar hoy sola.
¿Qué puedo hacer para que seas mío? Caí rápido y fuertemente. ¿Qué dije? ¿Qué hiciste? ¿Cómo me enamoré de ti?
Escucho tu voz y me pongo a temblar. Y vuelve esa niña, la que se parece a mí. No voy a fingir que aún quiera ser tu amiga. Teno que encontrar las palabras, y tiene que ser ya, para que sepas que no quiero vivir esta vida, no quiero decir adiós, quiero estar contigo el resto de mi vida.
Todo ha cambiado y nunca sabré cómo me enamoré de ti.

sábado, 27 de junio de 2009

Más Grande Que La Vida



Puedo correr y esconderme cuando gritas mi nombre. Pero déjame decirte que la fama tiene un precio. Todo nuestro tiempo ha pasado en destellos de luz. Lo que hace toda la gente no lo puedes ver. ¿Cómo puede tu amor afectar a mi realidad? Cuando decaemos nos haces levantarnos y eso te hace más grande que la vida.
La multitud me ayuda, pero tú m influyes más que ellos. Deseo poder agradecértelo de una forma distinta. Porque todo el tiempo que gastas en mí nos mantiene vivos.
Cuando decaigo haces lo correcto y eso te hace más grande que la vida.

jueves, 25 de junio de 2009


Han pasado 3 meses, 3 semanas, 3 días, desde la última vez que me abrazaste así. No sé cuando decidimos acabar tan mal, estoy muy decepcionada... Tenía ilusiones, luego amistad y ahora nada. Quería tu corazón y dejé que se deslizara. Me pregunto una y otra vez preguntas inrespondibles aún. No puedo pensar más porque estoy muy ocupada pensando en esto.

Estaba pensando en cosas que no se pueden explicar. Ahora mi situación ha dado un gran giro. Dicen que la hierba es más verde en el otro lado de la ciudad y estoy deseando regresar. ¿Estás enfadado o triste?¿Tienes a alguien o no? Ha pasado tanto tiempo que pensé que lo superaría. Podría haber sido fuerte y llamarte.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Qué es el amor?


Había una vez en la que el amor era un mito, porque no era real, no existía. Hasta el día que entraste en mi vida, que m obligó a pensármelo dos veces. No tenía demasiado, porque no era rica, pero me hiciste creer que algún día sería másque eso. Por eso, a día de hoy, soy la chica que me ayudaste a ser.

El amor es los dos siendo uno, tus besos en mi cuello. Es el momento en el que escalas por mi balcón y me abrazas. Es despertar temprano para verte, o besarte en la mañana lluviosa. Lo único que me mantiene cuerda, es la idea de qué tengo.

Eres el lugar secreto en el que puedo ser y misma, conectamos como con nadie más. A pesar de todas las tormentas, el amor sigue siendo el mismo. Me ayudas a seguir en pie, aunque me hagas volar. Me enseñaste a ser paciente y a no sé que cosas má, por lo que no importa qué nos traiga el mañana.

El amor es un domingo por la mañana con la manta envuelta en la cintura, es la manera con la que tus labios pronuncian mi nombre. Y cuando destaco cuando giro igual que el mundo, al revés, todo tiene sentido si estás a mi lado.

Sólo para estar a tu lado


Esto es para los amante, sólo para los amantes. ¿Hay alguien de quien quieras estar cerca? Entonces lee... y luego dile esto:
Como una flor a un árbol, así de cerca quiero estar de tu corazón. Como las estrellas de las noches, que también alumbran el día, en alguna parte. Quiero que seas lo único que pueda ver, porque creo en nuestro destino. Sólo quiero estar cerca de ti, es lo único que quiero hacer.
Tan sola en la noche, sin que me mantengas apretada, te necesito. Mi vida no significa nada sin la alegría que tu me das. Nunca habrá nadie más para mí. Eres como un sueño que se hizo realidad.
Voy a darte todo mi amor, todo lo que necesites, todo lo que quieras para estar cerca de ti.
No quiero estar sola, yo nunca, nunca, nunca, nunca te dejaría ir. Sólo quiero estar a tu lado.

domingo, 21 de junio de 2009

Un mundo raro...


El sol quema la ciudad, pero el día no es del todo amarillo. Hay razones para estar contenta, pero me siento mal. Ves que tengo que coger un avión, pero no compro un ticket. Porque es difícil despegarse de ti cuando has estado a mi alrededor.
Es un mundo raro, ¿no lo sabes? Es un mundo raro que no va a frenar. Es un mundo raro al que no le importa tu vida.
Sólo hay una manera: mantenerse en pie y luchar. Nunca te rindas y no dejes que se acabe tu amor.
Envió un mensaje a alguien en el desierto. Dió gracias a alguien por traer otro amanecer. Ver el futuro... estamos él y yo. Ver más allá y nuestro primer bebé. Él pequeño toma de mí...
Tengo los ojos cerrados pero estoy empenzando a ver que mientras ella te mira, tú me miras a mí. Lo único que ella intenta es alejarte de mí. Seguro que habrá alegría en este lugar si muero. Y nunca dejes que te quiten tu preciosa sonrisa.


*Espero que me escuchéis cuando estéis mal. Muchos besos a todos y gracias por seguirme.

viernes, 19 de junio de 2009

No puedo evitarlo.



No quiero fingir que estás arrepentido. Sé que no. Sabes que tienes el poder para debilitarme desde dentro. Me dejas sin aliento, pero quizás esté bien... eres mi supervivencia.
No puedo imaginar una vida sin ti, aún sin ser mío. Incluso tu amistad para siempre me parece insuficiente. Porque cada vez que respiro, te llevo en él, y mi corazón vuelve a latir. No puedo evitar ahogarme en ti. Cada vez que trato de reponerme, me ve barrida por el amor.
Soy una vagabunda después de la noche, porque me gustaría estar segura en tus brazos. No necesito otra línea de la vida. No es para mí. Quizás seas el único que puede salvarme.
Ven y tira de mí hacia abajo. Cúbreme de sueños. Me gustaría que fueran míos tus labios.
Sin ti no puedo resistir porque eres el aire que respiro.

lunes, 15 de junio de 2009

Siento sentir que siento

Y me sentí como no me quería sentir. Nerviosa, sonrojada, temblorosa, conmocionada. Quería bajarme de este coche que no lleva a nada, de este barco que se embala. Me estoy perdiendo a mí misma, a la vez que te pierdo, pero, ¿quiero?
Cada vez siento algo distinto, a veces quiero ser guiada, otras, dejar de ser así. No creo que nada salga bien, pero no voy a dejar que me salga mal... Lo malo lleva algo bueno.
El coche no anda, el barco se hunde. La vida me lleva por sitios por los que aún no sé si quiero pasar... quiero descansar. Quisiera dejar de pensar, dejar de soñar, dejar de ganar, dejar de sentir lo que siento porque no siento nada que quiera sentir, siento sentir lo que siento.

sábado, 13 de junio de 2009

*Eco de una redacción*

Tenía muchas ganas de irme de vacaciones. A un sitio familiar, pero lejos. Muy lejos. No tenía ganas de ver a nadie. Sólo a él. A nadie más.
-Bueno, y ¿puedo saber qué vais a hacer en las vacaciones? - dijo mi amiga.
-Quiero ir a la casa de mis abuelos, pero creo que mis tios también querrán - le contesté. Hasta ese momento no me había acordado de que no era la única que quería ir allí. Bien, a mis padres no le importaba quedarse en casa, mis tíos de Georgia tenían un viaje planeado y a mi abuelo no le daban vacaciones. O mejor dicho, él no las había aceptado. Todo estaba entre mis otros tíos y yo. Bueno, nosotros.
-Podríamos ir los cuatro, nos lo pasaremos mejor - me dijo él entre risas, con su habitual cara de niño mezclada con la de un hombre muy maduro.
-Ni lo sueñes, para tener a alguien sobre mí me quedo en casa, que al menos mi madre no me obliga a ir con ella a comprar tonterías - le contesté. Cada vez mi vocabulario era menos educado y eso no me gustaba nada, pero no les iba a pedir perdón por lo que había dicho.
-A mí nunca me llevas a ningún lado... - le dijo mi amiga a su novio.
-¿Queréis venir? - les pregunté, nos lo pasaríamos mejor.
-¡Anda ya! mis padres no me van a dejar, no están locos. No confían en mí. ¿Sabes cuantas veces me hizo jurarle que no iba a volver a casa embarazada cuando pasamos esa noche fuera? - me contestó mi amiga. Su respuesta me pareció exagerada.
-Déjame preguntárselo, llama a tu madre, por favor.
-Está bien - mi amiga sacó el teléfono y marcó el número de su madre. Cuando contestó me pasó el teléfono y empecé a hablar con ella.
-Hola, ¿qué tal? Te llamo porque se me había ocurrido que pasase las vacaciones conmigo. Iremos a la casa de unos parientes míos, un par de semanas.
-Hola. ¿Y vais solas? -me preguntó la madre de mi amiga.
-Bueno, voy con mi novio y pues, la chica no va a ir sola. Aunque otro plan sería que mi novio se quedase en casa. - Eso a él no le gustó y grito por detrás algo parecido a <>.
-Bueno, me gustaría hablarlo con ella. No me gusta que vaya sola por ahí. Os podría pasar algo. ¿Puedo hablar con tu madre sobre esto?
-¡Oh! Claro. ¿Lo tienes?
-Sí, sí. Ahora la llamo.
-Está bien, hasta luego - y le colgué. Casi lo conseguía, pero su madre era demasiado poco permisiva como para dejarla sola.
-Y yo me quedo aquí solo. Muy bien, me paso todo el año esperando que sea el verano para que salgamos de casa y ahora me abandonas - me dijo mi novio. Sabía perfectamente que no estaba enfadado, pero esa era una ocasión para ir y abrazarle, y no iba a desperdiciarla.
-Bueno, si te dejo solo te puedes buscar a otra, no me importa. Pero cuando vuelva la dejas, ¿eh? - le dije conteniendo una risotada.
-Claro, pero es que yo no quiero a otra. Yo te quiero a ti - me contestó. Esa frase se merecía algo a cambio...

martes, 9 de junio de 2009

¿Alguien se acuerda de Cristina?

No hacía mucho que la chica se había mudao a un pueblo pequeño. En cuanto llegó, conoció a una chica muy agradable, era Ángela. Tenían la misma edad y estaban en el mismo curso. Ángela salía con Antonio, también de su edad y curso. Su mejor amigo era Miguel.
Cuando la chica conoció un poco a Ángela, aceptó salir con ellos una tarde. Los dos chicos le parecieron muy amables.
-Bueno, encantada de conoceros, me ha parecido una tarde fantática -les juró Cristina cuando el sol se acabó de ocultar.
-Mañana volveremos a salir, ¿querás venir? -dijo Antonio, con una gran sonrisa en los labios.
-¡Oh! No lo sé, debería preguntárselo a mis padres. Pero gracias, de verdad. -Se despidió con una amplia sonrisa.

A la mañana siguiente, sobre las ocho de la mañana, escuchó el tibre de la puerta. Aún le faltaba peinarse, pero pensó que era el cartero y no le importó. Pero se equivocó: al otro lado de la puerta aparecieron los chicos que mismo la habían dejado ayer.
-Buenos días, ¿qué tal? ¿Vamos al instituto? -le preguntó el chico que era tan amigo de Antonio.
-Como habrás podido comprobar... aún no he terminado de prepararme y... -la chica bajó la cabeza, entonces el chico con el que hablaba sonrió.
-Te damos cinco minutos, vamos.
Les invitó a entrar y corrió escaleras arriba hasta llegar a su habitación y terminó de arreglarse. En cuanto lo hizo, invertió el camino y llegó al salón de su casa.
-Siento haber tardado tanto. ¿Nos vamos? No os van a dejar entrar en el instituto por mi culpa -dijo la chica muy avergonzada.
-Vamos Cristina, pero si no pasa nada -dijo Miguel sonriendo. Había pronunciado su nombre. Sintió un ataque de felicidad y le fue imposible quitar la sonrisa que dibujaba su rostro. Fue acompañada hasta el instituto y entró en la clase. Se sentó en su pupitre, sacó los libros y se acomodó para esperar a los profesores.
-Oye, no sé si te has enterado, pero Ángela dice que le gustaría ir al cine que hay al final de la calle. Estrenan esta tarde una película que lleva esperando desde antes del verano. ¿Te apuntas?
-Está bien, supongo. Aún no sé si mis padres me dejarán, pero por mí está bien.
-Entonces, esta tarde me pasaré por tu casa, ¿qué te parece? - Miguel esperó una respuesta. Cristina asintió y siguió escuchando. -Bien, pues a las cuatro y media estaré allí.
La chica pasó el día pensando en esa pequeña cita. No quería hacerse ilusiones puesto que él era demasiado para ella.
Cuando llegó la tarde sonó el timbre. Era Miguel, que se presentaba muy arreglado al otro lado de la puerta.
-Mamá, volveré pronto -le dijo Cristina a su madre cuando vió al chico.
-¿A las dos menos cuarto? -propuso Miguel entrando en la conversación.
-¿A qué hora? Ni lo sueñes, a las doce en casa. -repuso la madre bastante cabreada.
-Por favor por un día no pasa nada -dijo Miguel, quien hablaba con la madre de Cristina con cierto toque dulce, calculador y negociador.
-A la una y cuarto es mi última oferta. -cedió por fin la madre.
Los chicos se fueron a la casa de Ángela, donde también se encontraba Antonio. Poco antes de llegar a la casa, a Cristina le entró curiosidad.
-¿Por qué vamos a volver tan tarde?
-Vaya, se me había olvidado decírtelo. ¿Quieres cenar con nosotros, en el restaurante que hay cerca del cine? -expuso Miguel juguetón.
Llegaron a casa de Ángela, que se disponía a salir en ese mismo momento. Fueron los cuatro al cine y, dos horas después, se fueron a un parque cercano a esperar que fuera la hora de cenar.
-Cristina, ¿ha ido Miguel a buscarte? -Cristina asintió ante la pregunta de su amiga Ángela. -No se enfadarán tus padres, ¿verdad? Él siempre está pensando en sí mismo, no es normal que pregunte antes de hacer algo.
-¡Ah! No, pero si lo hizo. Me preguntó esta mañana si podía venir.
-¿De verdad? Este chico tiene que estar muy enfermo, haber si va a estar enamorado -dijo Ángela muy serena. Tan serena que a Cristina no le agradó su comentario.
-Ángela, te cuento una cosa y me prometes no intentar ayudarme, ¿vale? -en cuanto dijo esto esperó a que su amiga contestase, mientras se arrepentía de habérselo dicho. -Creo que me gusta un poco.
-¿Quién? ¿Miguel? -dijo Ángela casi gritando.
-Calla, sí -contestó my enfadada Cristina.
-Coquetea con él, si cae mejor para ti.
-Y si no le gusto pierdo su amistad -reprochó Cristina, continuando ésa trágica oración que había empezado Ángela.

[...]


*Adaptación hecha por mí.

lunes, 8 de junio de 2009

*Eco de una redacción*

Entonces sontió que una cabeza se cruzó en tre su cara y la pantalla del ordenador. La miraba fijamente. Ella hizo lo mismo.
-¿Qué?
-Déjame el ordenador un rato, por favor -era su tío, una persona que no parecía mayor que ella, aunque lo era. Y por una larga diferencia.
-No, tú lo tienes siempre, además, el abuelo me lo ha prestado a mí.
-Sólo será un momento. Por favor -puso carita de cordero degollado, algo a lo que ella aún no se podía resistir.
-Voy a buscar a...
-¿A tu novio? -le cortó él.
-Sí, al mismo. ¿Lo has visto? ¿Dónde está?
-Se han ido. Hace una rato que estamos solo tú, tu tía y yo en casa. ¿No lo habías notado? Sería demasiada casualidad que todos estuvieran callados en el mismo momento. Jaja -el chico se echó a reir, puesto que sabía que en su familia eran todos muy callados.
-Entonces, ¿no puedo irme a casa? -vió que su tío negaba ferozmente con la cabeza. - ¿Esto es un secuestro? -volvió a escuchar una carcajada de su tío, que la levantó de la silla para adueñarse del ordenador.
En ése momento la puerta se abrió. Al otro lado del umbral estaban: su novio, sus padres, sus abuelos y sus otros dos tíos. Corrió hacia la puerta.
-No me volváis a abandonar con la cosa ésa, y menos en la misma casa -dijo señalando a su tío, el mismo que le había robado el ordenador. Ahora se refería sólo a su abuelo. -Me ha robado el ordenador, ¿a que me lo había prestado a mí?
El hombre al que se dirigió, que tampoco parecía muy mayor, se rió ampliamente.
-Tanto cuerpo y tan poca madurez... -dijo. El muchacho que se hallaba en el ordenador empexzó a reirse. -también va por ti, hijo. De esta no te libras -el chaval del ordenador miró con indiferencia a su padre.
La chica, sus padres y su novio, salieron de la casa y se dirigieron hacia otra casa, la suya.
-¿Tan mal se ha portado contigo? -dijo su padre entre carcajadas.
-¡Me ha quitado el ordenador! Y estaba haciendo una cosa muy importante -dijo a su padre, quedando por encima de él y se fue a su habitación. Su padre sabía perfectamente qué había estado haciendo, pero era una persona en la que se podía confiar.
Una vez estuvo arriba, encontró a este chico con el que llevaba cuatro años saliendo.
-¿Y puedo saber qué estabas haciendo, tan importante?
-Nada, ¿quién te ha dicho que estuviera haciendo algo importante que no puedes sabes porque lo arruinaría todo, en el ordenador?
-En verdad todo eso m lo acabas de decir tú -se le había ido la lengua a la chica, y quizás él supiera que estaba preparándole un viaje inolvidable.
-¿Y te lo vas a creer todo?
-Siempre me creo lo que tu me dices, amor. ¿Qué es eso que no puedo saber?
-No lo puedes saber -dijo la chica, pícara.
Él la miró. Lo estaba provocando y ella lo sabía. La siguió con ingenuidad hasta su cuarto, cerró la puerta tras de sí y volvió a preguntar.
-¿Seguro que no puedo? ¿Ni un poquito? -ella le negaba, con una sonrisa en la cara. Se acercó a él -Un poco, por favor. Si no se va a enterar nadie...
Se aproximaron más. Casi ni el aire podía pasar entre ellos. Y su viaje no había aún comenzado...
[...]


*Eco de una redacción.

domingo, 7 de junio de 2009

The boys does nothing - Alesha Dixon

Tengo un hombre con dos pies izquierdos que cuando baila al ritmo de la música, creo que debería de saber que pierde el ritmo.
¿Él lava? Nunca lava. ¿Él limpia? No, él nunca limpia. ¿Él friega? Él nunca friega. Él no hace nada, los chicos no hacen nada.
¡Hey! Chico, ¿cómo has estado? Tengo muchas cosas, ¿por dónde empiezo? Estuve aquí, allí, viajando. te vi en la esquina golpeando mi ambiente.
Y dos esferas te calé, usando pantalones vaqueros ajustados, un buen traje. Tenía un sonrisa como la tuya, de sólo 17. Le dije si quería bailar y me dijo que sí.
Prueba un poco del baile. Todo el mundo encima de ti. Por la izquierda y la derecha. Todo el mundo está afectado por el ritmo. Esta noche voy a sentir el calor dentro de mi alma. Necesito un hombre para tomar el control. Deja que la melodía te lleve.
Haz esto ahora, haz el mambo y agítalo, quiero verte haciendo esto, y moviendo tu cuerpo a la vez, y agitando las caderas y aprendiendo.
Y si el chico no sabe bailar, no le des segunda oportunidad.

miércoles, 3 de junio de 2009

De vuelta a ti...

Todo el mundo sabe que yo era tan tonta como para dejarte. Pero me equivoqué, sé que dije que estaría mejor sola. Es hora de remover el pasado. Sé que rompiste mi corazón, y también que no querías, por eso estoy aquí.
Llamando a tu puerta, con el orgullo por los suelos. Con las rodillas y manos moreteadas. Arrastrándome para volver a ti. Rogando por una segunda oportunidad. ¿Vas a dejarme así? Estaba corriendo hacia la verdad, y ahora estoy arrastrándome de vuelta a ti.
Sé que estás ahí y puedes hacer que espere, pero no pienso esperar. Es lo mínimo que podrías hacer. Y todo esto para decirte a la cara que me estaba mintiendo a mí misma, que me estoy muriendo en este infierno. Sabes que estoy mal, y no voy a culparte por estarlo.
Si pudieras ver estas lágrimas, estoy llorando. Toca mis manos que están muy dolidas. Escucha mi crazón que apenas late. Mírame, soy una mujer diferente. Soy una mujer... y por eso estoy aquí.

lunes, 1 de junio de 2009

Gracias.

Quizás el título sea directo, escueto, falto de información. No es exactamente eso lo que quiero expresar. Quiero que sepas que me has enseñado a vivir, aunque aún no sé si ha sido tu carácter o la imagen que vendes de él. Creo que gracias a Alguien, puedo saber que valgo, que mañana me epera un día, que tengo que agradecerle a Alguien esto, que mi vida tiene un fin, que no estoy viviendo para... nada.
En tus ojos veo claridad, sinceridad, amor cuando la miras, muchas cosas... Quizás todo lo que quiero ver. En tu rostro se refleja la amistad, infantil y angelical sonrisa y muy dura y ceñuda responsabilidad.
Agradezco, ahora, la felicidad que indirectamente ha cruzado el mar para llenarme, ha recorrido llanuras, cruzado fronteras, ruborizando mi rostro, iluminando mis ojos, haciendo que me duela el pecho... hechándote, incluso, de menos.
Agradecer a mi hermana nuestra... ''presentación'' y a Victoria, de quien casi no me acuerdo. Espero encontrarnos pronto, lo prometí.